Los yankis, que nos llevan años de distancia en esto del vender, han establecido una costumbre marketiniana con todos los grandes eventos deportivos de la temporada. Productoras y distribuidoras se dan guantazos a golpe de talonario para colocar determinados trailers de películas en las pausas publicitarias. Desde un clásico de la NBA hasta la final de la Super Bowl –el partido más visto en todo el mundo-, Hollywood ha conseguido que, al día siguiente, se hable tanto del resultado como de los spots.
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